lunes, 1 de junio de 2009

UN DÍA DE TRABAJO EN "EL TALLER"


Dedicados a entregar los trabajos bien terminados y a tiempo, nos encontramos a los hermanos Mellado, Arnoldo y Rosario con algunos trabajos interesantes para compartir en imágenes...

Arnoldo revisando los últimos detalles de un contrabajo, ajustando tensión y afinación del mismo.

Rosario ajustando las prensas para pegar la tapa trasera de un contrabajo que resultó dañado luego de una caida, su propietario; un músico de rockabilly

Un trabajo que requiere pasciencia, el pegamento; "cola de hueso".

Recuperando la paleta partida de una Electroacústica

Acá dos vistas del trabajo aún en proceso, esta guitarra electroacústica nylon sufrió la partidura a nivel de la paleta, su reparación cosistió entonces en rehacer con nueva madera, desde la parte superior del cuello, aún queda el trabajo de terminación y pintura.




EL "ALMA" DE LOS VIOLINES

Que detalle maravilloso y que poderosa palabra al hablar de instrumentos, el "alma", más aún si estos son clásicos, Arnoldo y Rosario trabajando sobre dos violines.

Rosario ajustando el tensor del violín

Un fragmento de la varilla de madera que se sostiene sobre la mano en la imagen es la que se transformará a posterior en el alma del violín, al igual que en los arboles de mucha edad mientras más anillos tenga la madera, mejor será su calidad al momento de dar el "alma" al instrumento.
ODA A LA MADERA
Como testimonio de nuestra gratitud hacia tan noble elemento los dejamos con un poema de nuestro premio nobel, el poeta Pablo Neruda.

ODA A LA MADERA

Ay, de cuanto conozco y reconozco
entre todas las cosas es la madera
mi mejor amiga.
Yo llevo por el mundo en mi cuerpo,
en mi ropa, aroma de aserradero,
olor de tabla roja.
Mi pecho, mis sentidos
se impregnaron en mi infancia
de árboles que caían de grandes bosques
llenos de construcción futura
Yo escuché cuando azotan
el gigantesco alerce,
el laurel alto de cuarenta metros.
El hacha y la cintura
del hachero minúsculo
de pronto picotean su columna arrogante,
el hombre vence y cae la columna de aroma,
tiembla la tierra, un truenosordo,
un sollozo negro de raíces,
y entonces una ola de olores forestales
inundó mis sentidos.
Fue en mi infancia, fue sobre la húmeda tierra,
lejos en las selvas del Sur,
en los fragantes, verdes archipiélagos,
conmigo fueron naciendo vigas,
durmientes espesos como el hierro,
tablas delgadas y sonoras.
La sierra rechinaba cantando sus amores de acero,
aullaba el hilo agudo,
el lamento metálico de la sierra cortando el pan del bosque
como madre en el parto,
y daba a luz en medio de la luz
y la selva desgarrando la entraña de la naturaleza,
pariendo castillos de madera,
viviendas para el hombre, escuelas,
ataúdes,mesas y mangos de hacha.
Todo allí en el bosque dormía bajo las hojas mojadas
cuando un hombre comienza torciendo la cintura
y levantando el hacha a picotear la pura solemnidad del árbol
y éste cae,trueno y fragancia caen para que nazca de ellos la construcción,
la forma, el edificio,de las manos del hombre.
Te conozco, te amo, te vi nacer, madera.
Por eso si te toco me respondesc omo un cuerpo querido,
me muestras tus ojos y tus fibras,tus nudos, tus lunares,
tus vetas como inmóviles ríos.
Yo sé lo que ellos cantaron con la voz del viento,
escucho la noche respetuosa, el galope del caballo en la selva,
te toco y te abres como una rosa seca que sólo para mí resucitara
dándome el aroma y el fuego que parecían muertos.
Debajo de la pintura sórdida adivino tus poros,
ahogada me llamas y te escucho,
siento sacudirse los árboles que asombraron mi infancia,
veo salir de ti,como un vuelo de océano y palomas,
las alas de los libros, el papel de mañana para el hombre,
el papel puro para el hombre puro que existirá mañana
y que hoy está naciendo con un ruido de sierra,
con un desgarramiento de luz, sonido y sangre.
Es el aserradero del tiempo,
cae la selva oscura, oscuro nace el hombre,
caen las hojas negras y nos oprime el trueno,
hablan al mismo tiempo la muerte y la vida,
como un violín se eleva el canto o el lamento de la sierra en el bosque,
y así nace y comienza a recorrer el mundo la madera,
hasta ser constructora silenciosa cortada y perforada por el hierro,
hasta sufrir y proteger construyendo la vivienda en donde cada día
se encontrarán el hombre, la mujer y la vida.